El embutido tradicional de Mallorca más famoso, popular y conocido tanto en España como fuera de ella es la sobrasada.
La matanza del cerdo en Mallorca constituye no solo una costumbre etnográfica particular, sino también un acto cultural enraizado en lo más profundo de la esencia del mallorquín. Es un acontecimiento anual que reúne a familiares, amigos y vecinos en una fiesta que se recodará durante todo el año. En esta fiesta se transforma el ahorro conseguido con los restos de la comida, y el fruto de la actividad agrícola familiar en un reservorio de proteína animal y grasas imprescindibles en la dieta local.
Estas «matances» (que es como se denomina a esta fiesta) tienen lugar en cuanto llega el frío a la isla. Esto asegura el clima ideal para la conservación de la sobrasada.
La sobrasada en sus diversos formatos (longaniza, rizada, poltrú, culana y bisbe) no es el único embutido tradicional de Mallorca, ya que fruto de estas matanzas están también los butifarrones, el camaiot. Desde que se establecieron relaciones comerciales con el sur de Francia, a raíz de la plaga de filoxera, se introdujo también la costumbre de elaborar el paté de hígado de cerdo en algunos pueblos de Mallorca cuyo puerto era puerto de llegada de los barcos desde Francia.